viernes, 30 de noviembre de 2012

PERIODISMO. Memoria y medios de comunicación.



Título del trabajo:

 

Memoria y medios de comunicación

Influencia de los medios en la conformación de la memoria colectiva. El caso particular de la televisión. La información política en los noticieros de aire en la Argentina.

Resumen
Las sociedades modernas se caracterizan por una fragmentación continua y creciente. Por lo tanto la memoria también aparece fragmentada en múltiples memorias lo que dificulta la conservación de una memoria más o menos compartida y abre serios interrogantes en este aspecto sobre las futuras comunidades y su relación con la memoria. Toda información suministrada por los medios debería llevar una carga contextual  apropiada y como elemento ineludible de esa contextualización debería contener segmentos relativos a la memoria. En el caso de la información política la falta de un contexto adecuado que incluya memoria conspira contra la comprensión misma de los hechos. En televisión la debilidad contextual en los hechos políticos conspira contra el ideal subyacente en la sociedad de construir un mínimo común denominador de memoria compartida.

Abstract
Las sociedades modernas se caracterizan por una fragmentación continua y creciente. Por lo tanto la memoria también aparece fragmentada en múltiples memorias lo que dificulta la conservación de una memoria más o menos compartida y abre serios interrogantes en este aspecto sobre las futuras comunidades y su relación con la memoria. Toda información suministrada por los medios debería llevar una carga contextual apropiada y como elemento ineludible de esa contextualización debería contener segmentos relativos a la memoria. En el caso de la información política la falta de un contexto adecuado que incluya memoria conspira contra la comprensión misma de los hechos. En los noticieros de televisión la debilidad contextual en los hechos políticos conspira contra el ideal subyacente en la sociedad de construir un mínimo común denominador de memoria compartida.

Palabras clave: Pluralismo. Diversidad. Memorias. Olvido. Televisión. Política. Noticieros.

Autor: Daniel Guillermo Gutman

                                                                                                      
Introducción.

Los medios de comunicación social aparecen con frecuencia en los trabajos de reconocidos investigadores de disciplinas diversas. Se discute su importancia ya sea en sentido positivo o negativo como portadores de cultura, instrumentos al servicio del poder, manipuladores de la información y hasta una amenaza para las identidades nacionales o por el contrario, gracias al desarrollo tecnológico serían capaces de reavivar antiguas identidades.
Y también como herramienta insustituible en la comunicación estratégica de movimientos marginales u organizaciones sociales que alcanzan una visibilidad inusitada a partir de su uso y también como instrumento de resistencia de grupos que se ven amenazados o intentan expandirse, y por último como el espacio privilegiado para la construcción de la memoria.
Antes de articular estos conceptos –memoria y medios- conviene exponer a modo de síntesis la idea de memoria que algunos autores supieron desarrollar.

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Elogio de la resistencia
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Michel De Certeau supo definir la memoria como “una presencia en la pluralidad de los tiempos que no se limita al pasado” (De Certeau, 1996, p.92). Hay allí un conocimiento que se transmite en sigilo, de generación en generación, y sirve como herramienta para dar la batalla de cada día, a la manera de las antiguas comunidades donde la sabiduría, que no requiere de escuelas ni pizarrón, puede aportar las respuestas.
De Certeau se comprometió con la realidad de su tiempo ya sea como mensajero de la resistencia durante la ocupación nazi de Francia durante la segunda guerra mundial o como líder intelectual en mayo de 1968.  Justamente, la resistencia fue la materia que identificó al autor francés. Demostró que el sujeto consumidor de medios no es un receptor pasivo, que el emisor difícilmente pueda calcular la respuesta ya que el hombre común es un hombre de acción y no un cordero manso y obediente.
El hombre común sólo cuenta con su ingenio y apela a diversas tácticas para oponerse a la estrategia de quien detenta el mando o pretende imponer las reglas. Estas tácticas tienen que ver con el oportunismo, con el escamoteo, las compensaciones ocultas, los usos no convencionales o inapropiados según el paladar de los dominadores (De Certeau, 1996).
De Certeau gusta emplear la figura del cazador furtivo, que remite al hombre primitivo y su aptitud para capturar la presa en el momento justo y, al mismo tiempo, actúa oculto en territorio ajeno y debe aprovechar la oportunidad y no dejarla escapar. ¿No son quizás los medios ese territorio ajeno donde puede darse la batalla de la resistencia?
Si analizamos por un momento la composición accionaria de los grandes conglomerados mediáticos queda claro de qué estamos hablando. De allí la importancia que tiene la articulación de los medios y el Estado cuando se trata de implementar políticas populares y darles cabida a sectores postergados de la realidad nacional. O la implementación de medios alternativos para salirse de ese territorio ajeno y caminar por un territorio propio aunque finalmente en el gran mercado de los medios globales el tamaño de estos medios será tan pequeño que habrá que jugar otra vez de visitante.

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Donde hay poder hay resistencia
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Un razonamiento similar encuentra Manuel Castells cuando analiza los movimientos sociales que se oponen al nuevo orden mundial (Castells, 2004). El poder mismo genera resistencias y estas resistencias ponen en acción las identidades de los grupos sociales. Si bien los movimientos como el zapatismo en México no logran imponer sus objetivos de máxima pueden generar una cohesión, una nueva identidad de viejos grupos. Y los medios juegan otra vez un rol relevante cumpliendo una función difusora de las ideas del movimiento llegando a impactar a nivel mundial y además como herramienta táctica para soportar el asedio de la autoridad siempre dispuesta a reprimir y aplastar las resistencias. La guerrilla informacional del zapatismo se podría asimilar al cazador furtivo de De Certeau, ingresa al terreno del adversario –los medios vía Internet- por poco tiempo y aprovecha lo mejor que ofrece el escenario global al exponer su problemática a las sociedades del mundo.
Pero el pensador de la resistencia no se quedó en los grandes números, fue a la minucia, al detalle, se sumergió en las microresistencias que alimentan la cultura popular. Aparece entonces la memoria como parte fundamental de esas resistencias. Las historias mantienen vigencia en una memoria que no se limita a un pasado sino a una presencia a lo largo de los tiempos (De Certeau, 1996).
Para De Certeau la memoria carece de un lugar propio, permanece oculta y surge en el momento oportuno, la ocasión hace al ladrón y esa ocasión es un hecho exterior que activa la memoria y produce un efecto. Pero lo hace en un sentido táctico, en territorio ajeno, es una alteración dentro de la estrategia del más fuerte (De Certeau, 1996).
Desde ya que De Certeau cuenta con una mirada crítica de los medios oponiendo el relato a la acción de los medios de comunicación.
El relato es la democracia, la diversidad, el pluralismo, el lugar donde el pueblo vuelca su verdad, el depósito de la memoria.
Los medios en cambio totalizan, homogeneizan, diluyen las diferencias, “el rumor de los medios refuerza el orden establecido”, cubre toda la ciudad y aplasta al relato de la memoria que se refugia en las casas, en las familias (De Certeau, 1996, p.120).
El relato vive en la memoria y de ella se desprenden fragmentos que nutren las leyendas populares y se actualizan frente a los hechos para servir a la resistencia, a la supervivencia.
Así se produce una dispersión de relatos de lo memorable que escapan al ojo vigilante, la memoria no puede ser alojada ni localizada y hace de contrapeso a la imposición mediática.
(De Certeau, 1996, p.128).
Los relatos son piezas claves en las tácticas urbanas. Fabrican   espacios –toda descripción funda espacios-, determinan fronteras y en tanto acto creador definen un sitio, un marco de acción que otorga certeza a la conducta humana. Los relatos explican la formación de mitos que incluyen la transgresión de los límites y la desobediencia a la autoridad, contienen el exilio y la fuga.
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Los medios, tabla de salvación de la Política
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En los siglos XVI y XVII el habla fue reemplazado por las escrituras científicas y políticas, que no hablan sino que hacen, el ser se mide por el hacer, esta nueva escritura es una práctica, ya no es una voz como fue durante siglos la voz de Dios hablando desde la Biblia. Es la escritura burguesa de la primera fase capitalista (De Certeau, 1996).
Más tarde, todas las representaciones políticas y religiosas pierden la voz autorizada lo cual crea un problema ¿Quién dice qué? pregunta De Certeau. Entonces la escritura privilegia al tecnócrata y se vuelve un principio de jerarquización social.
Con la lectura se repite el esquema jerárquico pero son otros los protagonistas. El consumo de cultura no derramó hacia todos los sectores, incrementando la desigualdad cultural, “la cultura como el dinero beneficia a los ricos”, asegura el jesuita (De Certeau, 1996, p.133).
Las mayorías casi no circulan a través de la producción cultural pero son capturadas por los medios y éstos son los que atraviesan con sus productos a esas mayorías. Es la réplica del modelo educativo del siglo XVIII y la ideología de las luces que veían en el libro escolar el instrumento transformador de hábitos y costumbres con el que las élites darían el nuevo perfil a la sociedad.
Hoy esa tarea está en manos de la tecnocracia de los medios de comunicación que siguen trabajando en base al presupuesto de una audiencia pasiva, donde sólo en el área de la producción hay creatividad e iniciativa (De Certeau, 1996).
Es la ideología del consumo-receptáculo en la que los únicos privilegiados son los productores.
La crisis de representación del poder fue otra inquietud que marcó el análisis de De Certeau, cómo se fue transfiriendo el poder desde lo religioso a lo político y desde lo político a lo mediático. Los medios fabrican todos los días un ruido, un ronroneo, es la voz de los nuevos dioses que hablan en los relatos de actualidad, la nueva creencia es la autoridad, la voz implacable de los hechos cotidianos. Y la política entró allí “los relatos asedian las calles y los edificios” instituyen la leyenda, es decir lo que hay que decir y hacer (De Certeau, 1996, p.202). El nuevo creyente está obligado a creer en lo que se ve, lo real invisible del pensamiento tradicional migró hacia lo real visible pero esta relación con lo visible es un simulacro que construyen los medios.
Inmersos en este poder manipulador los políticos cuentan con una nueva herramienta que también aportan los medios: los sondeos y las encuestas. Constituyen una suerte de doctrina moderna donde el valor de la fe está puesto en la opinión de los demás, en la cita machacosa de cifras y datos.
La verosimilitud reside en el poder, en el fondo es nada más que otro simulacro aplicado al ámbito político.

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La fragmentación de la memoria
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Coincidiendo con el análisis crítico de los medios Maurice Halbwachs observa que en el universo de imágenes que impusieron los medios de comunicación; la sobreabundancia de información, disponible en todo momento, tiende a hacer desaparecer las continuidades significativas que vuelven esta información inteligible (Danièle Hervieu-Léger, 1996, cita a Halbwachs, 1952).
En virtud de la imagen, cada suceso que acontece en la superficie del globo se vuelve instantáneamente presente para todos, y anula al mismo tiempo todo aquello que lo ha precedido inmediatamente: bajo nuestros ojos de telespectadores saturados de imágenes, una revolución desplaza a una guerra, una catástrofe aérea o un temblor de tierra llevan a un golpe de estado. Pero esta inmediatez de la comunicación "puntualiza" el acontecimiento y hace desaparecer la relación propia del relato.
Para Halbwachs, es el advenimiento del capitalismo y de la técnica que ha significado, al mismo tiempo, el alineamiento progresivo de todas las esferas de la vida social con la esfera productiva. Esta no suscita sino memorias técnicas, funcionalizadas y neutras: al término de este proceso de homogeneización, la memoria de las sociedades modernas se presenta como una memoria de superficie, una memoria rasa, cuya capacidad normativa y creativa parece haberse disuelto
(Danièle Hervieu-Léger, 1996, cita a Halbwachs, 1952).
Este proceso de homogeneización aplastante de la memoria colectiva hace posible el despliegue de una fragmentación extrema de la memoria de los individuos y de los grupos. En las sociedades modernas, cada individuo pertenece a una pluralidad de grupos: la disociación funcional de su experiencia personal impide el acceso a una memoria unificada.
La fragmentación moderna del espacio, del tiempo y de las instituciones implica la fragmentación del recuerdo, que la rapidez del cambio social y cultural destruye casi en el mismo momento en que es producido.
El interrogante presente en la reflexión de Halbwachs es el de la posibilidad, para una sociedad "que sólo puede vivir si entre los individuos y los grupos que la componen existe una unidad suficiente de visiones", de reconstituir esta unidad más allá del estallido de su memoria colectiva (Danièle Hervieu-Léger, 1996, cita a Halbwachs, 1952, pp.265-272).
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La televisión como constructora de memoria
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En la Argentina el concepto de memoria está muy fuertemente ligado a los derechos humanos y la historia de la represión estatal en los años 70. Claudia Feld, una de las más prolíficas autoras en la temática, cita a Elizabeth Jelin para definir memoria como “el proceso social de interpretar y dar sentido al pasado, desde el presente, teniendo en cuenta que este proceso se da de una manera compleja y en diversos estratos o niveles (individual, grupal, social) (Feld, 2008). Abordó el tema bajo la influencia de la televisión la que tiene según ella una lógica opuesta a la profundidad, la reflexión y la complejidad pero a diferencia de Halbwachs o De Certeau aprecia su rol memorizante, su incidencia en la memoria social de la época.
En su trabajo la autora argentina articula memoria con televisión y recorre la bibliografía existente al respecto encontrando cuatro posibles abordajes:
1. El primer abordaje considera a la televisión como tecnología de la memoria, como un espacio desde el que se construyen los acontecimientos que luego serán recordados. Pierre Nora (1986) habla de una “memoria televisiva” teniendo en cuenta que la televisión construye la actualidad y define lo que es memorable para la sociedad. O sea, la televisión sería un elemento ineludible a la hora de estudiar la memoria social de una época dada su capacidad de influir en la percepción de las personas.
2. Un segundo abordaje consiste en considerar a la televisión como vehículo (o canal o ámbito) de transmisión de experiencias del pasado a las generaciones que no vivieron los acontecimientos. Esto permite conocer la manera en que determinada generación toma contacto con el pasado a través de los relatos que hace la televisión. Predomina la televisión respecto de otros vehículos culturales por su capacidad de penetrar en todas las capas sociales (mensaje claro, sencillo y emotivo) y por la inmediatez del relato.                                                     
3. Un tercer abordaje considera a la televisión como emprendedor de la memoria. Se trata de detectar el acceso a la televisión de determinados temas o interpretaciones del pasado, quiénes son los actores y los intereses que defienden. Este abordaje resulta muy interesante porque ubica a la televisión como un campo de lucha entre memorias considerando a la memoria como objeto de “disputas, conflictos y luchas, lo cual apunta a prestar atención al rol activo y productor de sentido de los participantes de esas luchas, enmarcados en relaciones de poder” (Feld 2008 cita a Jelin, 2002).
4. El cuarto abordaje considera a la televisión como escenario de la memoria: como un espacio en el que se hace ver y oír a un público determinado. Este abordaje recorre los aspectos característicos del lenguaje televisivo en articulación con el pasado centrando el análisis en los programas televisivos mismos. Se encuentran aquí tres dimensiones: narrativa (el contar una historia), espectacular (una puesta en escena), en la que importan los lenguajes y los elementos usados en la escenificación; y veritativa (la producción de una verdad) en la que importa qué tipo de verdad sobre el pasado se construye y en lucha con qué otras verdades.
Concluye Feld que en general, los relatos televisivos tienden a privilegiar la espectacularidad de los hechos narrados, el drama por encima del contenido histórico central. Esta circunstancia es clave para comprender la comunicación televisiva que trabaja esencialmente con el factor emocional, de alto impacto por encima de otras consideraciones como pueden ser las causales políticas de fondo de un hecho relevante.
“Nada indica que al disponer de información sobre lo ocurrido en el pasado, quienes no vivieron los hechos puedan darles sentido y comprender las luchas y los desafíos propios de aquel período”, señala Feld y continúa: “Si el pasado llega al presente a través de símbolos y emblemas  “congelados” (Huyssen, 2002), y no como un proceso histórico complejo, es difícil que puedan comprenderse los retos y dilemas de cada época, y que el presente pueda examinarse a la luz de lo ocurrido en el pasado.” (Feld, 2008).
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Memoria y noticieros de televisión
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Los abordajes que recopila Feld se articulan y complementan con el análisis del estudio de campo que realicé en 2008 en el marco de mi tesis El uso de fuentes en la información política en los noticieros de televisión. Si bien la hipótesis se basa en el supuesto de que los noticieros de aire utilizan menos fuentes de lo recomendable para una buena práctica periodística, ciertos aspectos del estudio conectan con la memoria y las características propias de la televisión.
La muestra de una semana de duración (primera semana de junio de 2008) tomó los noticieros de los dos canales privados con mayor audiencia, 11 y 13, y del canal estatal, el 7 según el siguiente cuadro:




Noticiero


Horario

CANAL 7

VISIÓN 7

Lunes a Jueves de 20 a 21
Viernes de 19 a 20

CANAL 11        


TELEFÈ
NOTICIAS


Lunes a Viernes de 19 a 20.15

CANAL 13


TELENOCHE INFORMA


Lunes a Viernes de 20 a 21.15










Ante todo conviene hacer algunas aclaraciones y justificaciones respecto del trabajo periodístico en televisión. Es redundante pero  no menos cierto que la índole vertiginosa del trabajo periodístico, y más tratándose de la televisión, conspiran en contra de los mejores deseos de los propietarios, editores y productores. Muchas veces los tiempos de un editor apenas dan para salir al aire y descuida ciertos matices clásicos del periodismo gráfico como son el uso de fuentes y la debida contrastación.
En ocasiones sólo importa la imagen, una imagen cualquiera. La no-imagen condiciona por lo tanto la práctica estricta de lo que podría denominarse periodismo de calidad.
Esta justificación no abarca ciertas obsesiones del medio televisivo, ávido por una inmediatez que muchas veces aleja la comprensión del hecho presentado y cree que la simple emisión de imágenes yuxtapuestas resuelve profesionalmente la situación cuando en realidad está afectando el carácter mediador de la función periodística.
En cuanto a la detección de fuentes políticas, objeto central del estudio, mostraron una inquietante carencia: el 62% de las noticias apenas cuentan con una o ninguna fuente. Si se toma como estándar de calidad mínimo un piso de dos fuentes por noticia el resultado es más que concluyente.
No se trata solo de cuestionar la cantidad de fuentes por una simple medición sino que las fuentes además de estructurar el relato periodístico, lo hacen más comprensible, la pluralidad de voces se basa en principios democráticos pero también completa o resuelve incógnitas que se generan en la audiencia y hacen eficiente la comunicación, en particular cuando se trata de información política por su complejidad.
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Memoria es el contexto informativo
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Introducir la noción de memoria para analizar noticieros no resulta caprichosa ya que su presencia o ausencia, en particular en una serie informativa como fue el conflicto campo-gobierno de 2008, resulta clave como elemento contextualizador. 
Telefe noticias parece disponer de un esquema antimemoria casi explícito lo que parece coherente con el estilo del canal, más proclive al show business y por lo tanto a una asociación más estrecha entre los segmentos informativos y de espectáculo. Dentro de ese esquema incorporar la memoria atenta contra la simplificación comunicativa buscada.
También parecen atenerse al principio de no contaminación entre hechos y opiniones. La ausencia de comentaristas que intenten ampliar o aclarar los temas indica una preferencia por apegarse a los hechos. Sin embargo la televisión pide muchas veces a gritos  algo de claridad, muchas de las noticias dejan una sensación de incomprensión final. Los canales 7 y 13 para suplir de alguna manera esta carencia introducen otros mecanismos extra noticiosos como entrevistas, comentarios, diálogos entre conductores, para tratar de clarificar la información.
Un ejemplo de confusión lo constituye la noticia EL CAMPO EXTENDIÓ EL PARO donde hay un relato poco funcional al sentido mediador que enarbola el periodismo. La noticia se refiere a las nuevas medidas de lucha que adoptó la mesa de enlace en el día 84 de paro. Las fuentes oficiales consultadas nada dicen acerca de las nuevas medidas porque fueron entrevistadas a lo largo del día y la noticia lleva carácter de urgente. Acto seguido aparece la presidenta hablando en Europa (reunión de la FAO) sobre la renta de los grupos sojeros y a continuación el ministro del Interior, Randazzo, cuestiona la modalidad de los cortes de ruta. Rematan la noticia de dos minutos los principales dirigentes agropecuarios cuya conversación finalmente tiene relación con el anuncio del título. Como televidentes nos quedamos un tanto absortos por la cantidad de hechos reunidos en una misma noticia pero contexto cero y, dentro del contexto, de memoria ni hablar. Reina el hecho actual, sin pasado, sin explicación, sin comprensión.
Cabe recordar que el 10 de marzo de 2008, a tan solo de tres meses de haber asumido, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner firma la resolución nº 125/08 que disponía un cambio en la alícuota que debían tributar las exportaciones de granos, en particular la soja. De una tasa fija del 35% del valor de las exportaciones que el Estado recaudaba hasta entonces se pasaría a un régimen de retenciones móviles: a medida que el precio del cereal subiera el Estado recaudaría un porcentaje mayor. En la práctica esto significaba que los productores conservarían los márgenes de ganancia pero casi no percibirían beneficios adicionales por la suba del precio internacional del producto. El gobierno aducía según la resolución del entonces ministro de Economía, Martín Lousteau que “los precios internacionales de cereales y oleaginosas han registrado un significativo aumento en los últimos años, con una elevada volatilidad de sus tasas de variación interanual. Que la persistencia de un escenario semejante podría repercutir negativamente sobre el conjunto de la economía a través de mayores precios internos, menor equidad distributiva y una creciente incertidumbre en lo que respecta a las decisiones de inversión del sector agropecuario. Que la modificación propuesta del esquema de derechos de exportación aplicables a un subconjunto clave de cereales y oleaginosas constituye una herramienta apropiada para solucionar los problemas previamente mencionados”.[1]
La reacción de los sectores alcanzados por la medida fue anunciar un paro nacional agropecuario que en un primer momento se tradujo en el cese de comercialización de algunos productos y días más tarde, ante la insistencia del Ejecutivo en sostener el decreto, el corte de rutas nacionales. Pero quizás, lo más importante desde la perspectiva política fue la unión estratégica que trazaron las principales cámaras empresariales del campo al crear la llamada Mesa de Enlace. Allí confluyen al día de hoy los representantes de organizaciones tradicionalmente enfrentadas como son la Sociedad Rural Argentina (SRA) -cuya presidencia a la fecha del conflicto correspondía al veterinario y criador de caballos Luciano Miguens- vocera de los grandes propietarios y la Federación Agraria Argentina (FAA) -liderada por Eduardo Buzzi, pequeño productor santafesino-  que representó desde 1912 a pequeños y medianos productores y fue la base del movimiento cooperativista agrario en la Argentina o Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), ligada a sectores medios y altos de la producción agropecuaria, encabezado por Mario Llambías con la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO) representada por Carlos Garetto. La discusión por la renta extraordinaria tuvo expresiones discursivas altisonantes que alcanzaron su punto cúlmine al año siguiente del conflicto, después de la derrota electoral del oficialismo y en ocasión de quedar inaugurada una nueva muestra del campo en el palco de la SRA. Fue su presidente, Hugo Biolcatti, quien arengó a los ruralistas a no bajar la guardia y torcerle el brazo al gobierno[2].
En tanto Telenoche mostró un esfuerzo por atender la confusión general con la inserción de comentarios a cargo de los periodistas Marcelo Bonelli y Gustavo Silvestre. Pudieron mostrar un rostro más político del conflicto toda vez que estas incursiones genéricas -una suerte de género híbrido comentario-noticia- permiten contextualizar el hecho con otros hechos no registrados cámara mediante y la mención de otros actores, principalmente del arco político, aportando una visión más completa para la audiencia.
Sin embargo en ningún tramo de la semana de estudio introdujeron elementos de memoria, jamás una alusión a conflictos anteriores entre sectores del campo y los gobiernos de Alfonsín o más atrás todavía, en tiempos del primer peronismo. Toda la serie parecía reducirse a una lucha entre dos actores políticos dentro de un conflicto casi espontáneo, sin antecedentes históricos de importancia. Quizás el ocultamiento más nítido de la memoria estuvo dado, en particular en los canales privados, por la inexplicable ausencia de la Sociedad Rural y su papel conspirativo y de grupo de presión agresivo, siempre ligado a intereses antipopulares, y muy activo a la hora de enfrentar gobiernos democráticos de base popular.
Visión 7, el noticiero de la emisora estatal no eludió la cuestión y de la mano de los comentarios de Adrián González, el columnista más combativo del noticiero, recordó los períodos de enfrentamiento con la Sociedad Rural, su resistencia a los gobiernos populares y el aliento entusiasta por el retorno del orden conservador, ya sea bajo formato militar o civil, invocando la necesidad de salvar a la patria en peligro.
El noticiero emitió fragmentos de la memoria social y política bien significativos como el ingreso del general-presidente Onganía en la carroza Cadillac descapotada o los discursos de Martínez de Hoz (apellido ilustre y constante en la conducción de la Sociedad Rural) durante su gestión como ministro de economía del ex general-presidente Jorge Videla. También los silbidos del público interrumpiendo el discurso de Alfonsín en 1988 y la respuesta enfática del presidente radical recordándole al público agropecuario su adhesión o temor a la dictadura.
También hubo una entrevista en el piso del noticiero a un dirigente rural que denunció el empleo en negro dentro del sector y la falta de propuestas de los dirigentes de la mesa de enlace para resolverlo.
Sin duda otras memorias podrían entrar en juego pero los canales privados prefirieron obviarlas y dedicarse a construir las memorias del presente, las escasas referencias a las luchas históricas de la Federación Agraria fueron más que elocuentes.[3] De todos modos el mensaje queda incompleto.
Y en esta cuestión también la discutida ley de radiodifusión tiene algo que decir. En un contexto más pluralista de medios de comunicación seguramente las audiencias podrían tener más alternativas y oportunidades de activar sus memorias.





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De olvidos benévolos
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La memoria y su contracara, el olvido, pujan permanentemente a lo largo de la historia. El período 76-83 y sus secuelas son un tiempo excepcional de construcción e intento de destrucción de memoria, semejantes por su importancia a otras luchas civiles del siglo XIX pero hoy con un resultado diferente: las memorias diversas rellenan el esqueleto de la historia como no pudo hacerse en aquella época cuando la historiografía liberal construyó a gusto el relato de la nación sin la contrapartida de otras memorias que años más tarde se fueron desempolvando.
Ya en pleno proceso el ex general Videla había montado un marketing civilizador y político de su persona que desembocaría en una democracia sana y limpia de contaminantes subversivos. La pantera rosa fue uno de los juegos de imagen montados en ese entonces cuya proyección futura, si hubiese triunfado la bestia, debiera significar la figura de un general libertador, lleno de grandeza que garantizó el tránsito gradual (15 o 20 años, escalonando elecciones municipales primero, luego provinciales y por último –una vez alcanzada la madurez cívica necesaria, las presidenciales) hacia la nueva Argentina. La incapacidad política y las contradicciones internas de la junta de comandantes dio por tierra con el sueño y la caída estrepitosa del final, vía Malvinas, dejó muy pocos rastros. Sin embargo la necesidad de ocultar/olvidar siguió vigente hasta la entrega del poder en manos de Raúl Alfonsín. El último presidente de la dictadura, el ex general Reinaldo Bignone, y su lugarteniente, el general Cristino Nicolaides ordenaron la quema de todos los archivos de la represión, en un acto de extrema pasión por el olvido y la memoria, como se dijo anteriormente, se construye además en los relatos, en la oralidad y allí uno de los errores fue dejar sobrevivientes de los centros clandestinos. Curiosamente Massera y su plan político que integraba ex Montoneros aportó un número de sobrevivientes de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) que luego serían clave a la hora de testimoniar en la CONADEP (Comisión Nacional de Desaparición de Personas) y los juicios a las juntas de comandantes en 1985.
Precisamente la CONADEP y los juicios que estamparon su huella histórica en el NUNCA MÁS fueron otro punto de controversia en la disputa memoria-olvido: la célebre teoría de los 2 demonios que sirvió a los fiscales para condenar a los máximos responsables de las desapariciones y también, en un mismo plano de responsabilidad, a los líderes de las organizaciones guerrilleras.
La batalla por la memoria tuvo en este punto dos capítulos, uno con la redacción del Nunca Más original (1984) y otro con la redacción del segundo Nunca Más (2006) durante el ciclo kirchnerista, cerca de conseguir las nulidades de las leyes del perdón y con la reapertura de los juicios a militares y cómplices civiles de la dictadura.
Las críticas al prólogo del Nunca Más, escrito nada menos que por  Ernesto Sábato fueron muy duras pero pocas veces trascendieron hacia el público masivo y aún peor: durante casi todo el período de la recuperación democrática la convicción generalizada, en especial para amplios sectores juveniles fue la de la existencia de dos males enfrentados que llevaron en su lógica demoníaca a la catástrofe inevitable. Justamente ése fue el argumento justificatorio que utilizaron los represores para llevar adelante la masacre.
Tal reducción de las causas de la violencia política aún están vigentes y si bien en el ámbito judicial las responsabilidades son muy claras la cuestión se vuelve mucho más turbia cuando hay que transitar por las zonas de la memoria colectiva.
Es contundente y lúcida la crítica que la escritora Elsa Drucaroff realizara al célebre prólogo. “El efecto terrorífico que produce el prólogo de Sábato está generado por la abstracción de relaciones sociales e históricas y el reemplazo de esas fuerzas vivas, comprensibles, entramadas en una lucha política, por sujetos abstractos o no humanos, incluso demoníacos.” (Drucaroff; 2002)
La autora punzaba aún más en la textualidad de Sábato porque el desatino del escritor “nos tiñe a todos con una culpa colectiva y abstracta” y además les quita a los desaparecidos una cualidad fundamental para la interpretación histórico-política de la violencia y es su “voluntad revolucionaria”. (Drucaroff; 2002)
Pero este conflicto por la memoria tuvo su página más reciente en 2006 bajo la presidencia de Néstor Kirchner y por iniciativa de la Secretaría de Derechos Humanos, se insertó un segundo prólogo a la 30º edición del Nunca Más corrigiendo el anterior: “…es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas como si fuera posible buscar una simetría justificatoria en la acción de particulares…(…)…las injusticias sociales que son una afrenta a la dignidad humana” y también fijaba el número de desaparecidos en 30.000 personas.
Los medios con mayor dominio del mercado informativo tomaron la discusión como parte de la ofensiva política del gobierno en materia de derechos humanos y pasaron a un segundo plano la temática de fondo, es decir las causas del infierno. Eso sí, hubo voces contrarias que se manifestaron con dureza ante la eventualidad de una discusión o que otro punto de vista pudiera colocarse al lado del prólogo original, como si se tratara de un contenido pétreo e inamovible, con dueños e intérpretes oficiales de lo acontecido.
Como síntesis de aquellas reacciones valen las palabras de la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú –integrante de la CONADEP- que sentenció: "No sólo es una insolencia hacia Sábato, sino que también es una grave falta histórica creer que el «Nunca más» constituye una apología de la teoría de los dos demonios". [4]



Bibliografía

Castells, M. (2004). El poder de la identidad. Barcelona. Alianza Editorial.

De Certeau, M. (1996). La invención de lo cotidiano I. México DF. Universidad Iberoamericana.

Drucaroff, Elsa (2002). Por algo fue. Análisis del prólogo al Nunca Más, de Ernesto Sábato. Tres Galgos nº 3. Buenos Aires 

Feld, C. (2008). Oficios Terrestres. Memoria y televisión, una relación compleja. La Plata. Facultad de Periodismo y Comunicación Social (UNLP).

Halbwachs, M. (1952). Les cadres sociaux de la mémoire. París.

Hervieu-Léger, D. (1996), “Sociedad y Religión” nº 14/15. París.
Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales.

Nunca Más (1984). Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. Buenos Aires. Eudeba.


[1] Resolución nº 125/08.http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/135000-139999/138567/norma.htm
[2] Fragmentos del discurso de Biolcatti.."El campo argentino sigue siendo el eje central del desarrollo";  "El campo ha dejado de ser la mansa vaca lechera para cubrir el costo de las ineficientes políticas equivocadas”; "Cuántas cosas pasaron... una de las peores sequías, la crisis, epidemias predecibles e impredecibles, y un predador insaciable, el Estado",http://www.perfil.com/contenidos/2009/08/01/noticia_0026.html y http://www.notiexpress.com.ar/news.cgi?accion=vernew&id=63887

[3] La Federación Agraria Argentina se creó en 1912 para enfrentar a los terratenientes por las duras condiciones que imponían en cuanto a los arrendamientos de los campos. Se trataba de chacareros que habían iniciado una huelga después de la asamblea conocida como el Grito de Alcorta. Varios  dirigentes agrarios fueron asesinados. A pesar del violento accionar de los terratenientes, los huelguistas fueron logrando cada vez más adhesiones. Al apoyo inicial de los anarquistas y socialistas, de los curas y los pequeños comerciantes, fueron sumándose los profesionales y amplios sectores populares. Ante el temor de tener que afrontar grandes pérdidas económicas, los terratenientes fueron cediendo lentamente y hacia mediados de 1913 la inmensa mayoría de los arrendatarios había logrado una importante rebaja de los arrendamientos. De todos modos, la oligarquía logró mantener cláusulas leoninas en los contratos, que imponían restricciones a la libertad de comprar y vender.
El Grito de Alcorta, si bien no modificó sustancialmente la estructura agraria, favoreció el surgimiento de organizaciones campesinas en otros lugares del país. http://es.wikipedia.org/wiki/Grito_de_Alcorta

[4] Oliver Galak . Controversia por el prólogo agregado al informe  Nunca Más. www.lanacion.com.ar  19/05/2006. 

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