A Macri se le ven las cartas
Seguramente Mauricio Macri es el candidato presidencial que pone
mayor esmero en delinear su perfil con la mira puesta en 2015. No se trata por
cierto del armado de planes de gobierno ni plataformas políticas pero sí de un
fraseo mediático que deja ver su mirada sobre los temas urticantes de la
realidad social. El “curro
de los derechos humanos” fue quizás su expresión más lograda en la tarea diferenciadora
respecto del oficialismo, según le va marcando su puntilloso asesor Durán Barba.
La estrategia presidencialista se completa con el muestrario de obras que el
jefe de Gobierno exhibe presuroso como son el metrobús, los pasos bajo nivel,
asfaltado de avenidas, jardinería pública, luminarias y otras, que las
herramientas comunicacionales de la Ciudad venden bajo el paquete de la buena
gestión del PRO. Pero a veces, el esquema puede presentar fisuras inesperadas, sobre
todo porque surgen del campo aliado, tanto en el terreno político como en el de
la comunicación.
Semanas atrás, ni más ni menos que su más ferviente aliada, Elisa
Carrió activó el celular para acercarle a Macri la inquietud de un grupo de
profesionales del Hospital de Pediatría Dr. Juan P. Garrahan por el riesgo en
la prestación futura de algunos servicios. Como es habitual, Macri tiró la
responsabilidad para afuera y apuntó a Scioli, ya que según datos de la Ciudad
el 50% de los pacientes que se atienden en el hospital nacieron en la provincia
de Buenos Aires. La noticia pasó casi como un dato de color y una vez más el
oficialismo porteño salió indemne y esquivó el fondo de la cuestión:la
merma presupuestaria en los servicios sociales que representaban el 66 por
ciento del total en 2007 y en 2015 se les asignó el 59 por ciento.
Televisión amiga
Pero más incómoda resultó la visita televisiva que el líder
del PRO -en compañía de su esposa, Juliana Awada- realizara al programa “Diario
de Mariana” que conduce Mariana Fabbiani en canal 13. Con espíritu
navideño, los cónyugues contaban de su amor casi perfecto (salvo por el hábito
confeso de Mauricio quien aterriza a diario en el hogar no antes de la una o
dos de la mañana después de jugar a las cartas con amigos) cuando inoportuna la
panelista Mercedes Ninci disparó: -Mauricio, con la escuela pública todo bien,
mi hija va a la escuela pública, el nivel es excelente, pero cuando llueve a
los chicos le cae el agua sobre los cuadernos…
Macri: -¡No puede ser!, vamos a verlo, es imposible.
Ninci: -¿No me crees?
Macri: -No estoy de acuerdo, hay brigadas de mantenimiento…
“Vamos a otro tema”, invitó simpática la conductora. Nuevamente
los baches presupuestarios habían traicionado a la comunicación.
Martín Lousteau, candidato a jefe de Gobierno por UNEN y aliado
a nivel nacional viene
haciendo críticas al respecto desde hace varios meses con señalamientos
puntuales por el incremento en los fondos destinados a publicidad y la caída proporcional
en la inversión en infraestructura
escolar.
También hay un análisis
pormenorizado –del sector opositor en la Auditoría General de la Ciudad- que da cuenta del relajamiento en las cuentas
relativas a vivienda, salud y educación, áreas donde el gobierno porteño
muestra los puntos más bajos de su gestión.
En cualquier caso, la gestión macrista dista de ser
brillante como se la intenta presentar. Los candidatos que gestionan hablan por
sus obras, es cierto. Pero aquello que no se hizo o se hizo mal debiera contar
con un relato coherente y con propuestas superadoras. De no existir estos
instrumentos en la comunicación, mostrar las cartas como hace Macri es poner al
descubierto sus debilidades, una suerte de transparencia indiscreta. La
estrategia de poner manos a las obras que se ven y tapar las que no se hacen requiere
de la complacencia mediática, habrá que ver si cuando arrecie la campaña
electoral esos favores siguen de su parte. De todos modos, está claro cuáles
son las prioridades y los sectores preferenciales de la sociedad para el
fundador del PRO, lo cual es un buen dato para potenciales votantes en tiempos
de escasas propuestas.