domingo, 8 de julio de 2012

CEFERINO.La mano de Dios eleva el alma índigena hasta la victoria definitiva



La fuerza espiritual de los vencidos se puso de manifiesto en Ceferino


Una toldería patagónica de ranchos miserables acogió la venida al mundo del  Príncipe Zeffirino Namuncurá, como lo llamaban los diarios de la época en Roma. En 1886, los mapuches del cacique Calfucurá, padre de Ceferino se amontonoban en Chimpay, Río Negro, después de ser casi exterminados por el ejército de Julio Roca. En el colmo de la decepción resucita la fibra india pero revestida de la espiritualidad cristiana lo que convierte a la nación aborigen en modelo de resistencia para los argentinos de todas las generaciones.


Por Lucía Sosa



Cuando Calfucurá muere en l873, a los l08 años de edad, el señorío indígena del imperio pampa se desmorona. El gran pueblo que organizara desde sus toldos de Salinas Grandes se convierte en una caravana pordiosera y trashumante, a cuyo frente marcha su hijo, el cacique Manuel Namuncurá, último monarca de la dinastía de los Piedra, que finalmente se rinde en Fuerte Roca y pasa a ocupar tierras en Chimpay, Río Negro.
                                                         Beato mapuche.
                                                               Ceferino aspirante al  sacerdocio
                                                         en la orden salesiana
Ahí, en esa toldería patagónica de ranchos fantasmas nace el Príncipe Zeffirino Namuncurá, como lo llamarían años después los diarios de Roma, el 26 de agosto de 1886, hijo de Namuncurá y de Rosario Burgos.
Un niño que nace de la derrota y el avasallamiento se convierte por su valentía, tarea evangélica y amor a su pueblo en el gran profeta de los indígenas argentinos.
La meta del príncipe mapuche es ser útil a su gente, es así que a los once años, siendo analfabeto, viaja a Buenos Aires en compañía de su padre, y gracias a una recomendación del ex presidente Luis Sáenz Peña y del presbítero José Vespignani, ingresa al colegio salesiano Pío IX.
Inteligente y de aprendizaje rápido, bondadoso, más bajo que alto aunque fornido, de cabellera negra y lacia, andar lento, dueño de una mirada apacible y cierto dejo de melancolía.
Era parco, acompasado y calmo para hablar, sencillo para vestir pero su porte y semblante trasuntaban un tinte majestuoso con los rasgos indelebles de su origen.

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El mejor alumno
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Escribe con estilo prolijo, de una delicada sensibilidad, la misma que muestra en la vieja capilla del colegio donde su devoción por la Virgen María es de “una ternura infinita” como revelan los documentos de la época.
Estudia con los salesianos por más de cinco años y en un cruce feliz de la historia nacional comparte el aula con Carlos Gardel, registrado como Carlos Gardes. Extraordinaria síntesis de una vocación por un lado y de una vida mundana por el otro, símbolos perpetuos de la devoción popular.
Pero al tiempo, el deterioro físico se hace visible con los primeros síntomas de tuberculosis, la tos y la fatiga lo acosan pero no lo doblegan. Las monjitas admiraban la fortaleza de su alma cuando iban de visita. “Este joven no es para este mundo”, decían.
Mientras se alfabetiza y educa registra en su alma una transformación que conmociona su ser: los misterios de la religión al penetrar en su intimidad le permiten descubrir el mundo de la espiritualidad cristiana.
Un día lo llama uno de sus maestros.
Maestro: -¿Por qué te cansas tanto, Ceferino, y no juegas un poco?
Ceferino: -Es que me he propuesto salir primero en el certamen de catecismo, porque tengo que enseñárselo después a mi gente. Ellos no saben estas lindas cosas...
En 1904, a los 17 años se embarca rumbo a Italia acompañado por el cardenal Juan Cagliero para reanudar sus estudios en el seminario. Con tropiezos va rindiendo las materias que corresponden al curso en el que se ha inscripto, co la intuición del próximo e inexorable fin.
“Oye, toma tus libros, llévalos a la cocina y préndeles fuego; y después vete a la montaña a tomar buen aire”, le aconseja un día el enfermero que lo asiste, dolido por su obstinada dedicación al estudio.
“Las piernas me temblaban, las manos igual, la voz se me perdía un poco en la garganta”, narra en una carta al padre Pagliere, describiendo las circunstancias de su visita al papa romano. Allí ante la mirada paternal de Pío X, Ceferino lee un breve discurso. Cuando el Papa le entrega unas medallas con su efigie y la de la Inmaculada y lo despide con una caricia, es el instante más glorioso de su corta vida que comenzó en los matorrales del desierto y terminaron al pie del trono pontificio.
En la madrugada del 11 de mayo de 1905 se le administra la Extremaunción y a las 6 expira.
No hay hazañas, ni éxitos, ni estridencias en su corta vida. Lo importante en Ceferino es la predestinación, la pureza de su alma joven, el triunfo de la vocación mística sobre los reclamos del instinto natural, virtudes que pueden explicar la posterior beatificación.
Ceferino es un hombre del pueblo, de esos que se instalan en la intimidad de las gentes. Tiene la mansedumbre de los hijos de Dios, no la del índigena sometido brutalmente por el sable del conquistador, es la obediencia digna de quien pone su destino en manos del Padre Celestial.
Por eso se constituye en una expresión nacional y el pueblo, con esa intuición que los intelectuales y los ideólogos rechazan, rescata la figura del peñi (hermano) Ceferino, ubicándola en la galería de la devoción y el afecto.
Tal vez porque los imponderables que signan el misterio de la vida y del amor lo marcaron para un destino de eternidad. Tal vez porque en sus virtudes simples y en su muerte prematura el pueblo reconoce las señales de sus propias frustraciones y anhelos. Tal vez, en fin, porque los sudamericanos estamos en deuda con los que fueran dueños de esta tierra, y que vencidos por la fuerza, emprendieron silenciosamente el camino de la derrota redentora.





Bibliografía:

Ceferino Namuncurá, Un misterio argentino, Fermín Pablo Oreja
Cartas de Ceferino Namuncurá

sábado, 7 de julio de 2012

APUNTES DE RADIO. Scioli después de anunciar el aguinaldo desdoblado



Scioli a la carrera                    



CONFERENCIA.
 Scioli convoca a la prensa para anunciar la posible solución
 a la crisis de los aguinaldos 
Scioli hace una práctica intensiva para la presidenciales de 2015. Un error presupuestario le complica la gestión y recibe palos cruzados: Aníbal Fernández, el intendente de Lanús, indirectas de Cristina, paro de docentes, entre otros. Una conferencia de prensa oportuna y aliviadora. Modelo Lula o Piñera, el gobernador de Buenos Aires renueva su lealtad discursiva al kirchnerismo pero no convence. El partido naranja y la conversación con la Presidenta le permiten recuperar su tradicional optimismo.  Estos temas y mucho más se pueden escuchar en la columna política de Contrarreloj por Radio Concepto en:
https://dl-web.dropbox.com/get/columna%20pol%C3%ADtica%20en%20contrarreloj%20de%20radio%20concepto/2012%20julio%207%20radio%20concepto.mp3?_subject_uid=64414794&w=AADKa7YMHGDsu_2Vya76hfh5jPmrSai7RwdnktlbSvBzMw